lunes, 20 de junio de 2016

PRIMAVERA EN REMUÑE


Esta fresca mañana de Junio la voy a dedicar a un vallecito al que hace muchos años que no había vuelto: Remuñe.
Es el último valle que sale en dirección Oeste, antes de que el Valle del Esera gire al Este rodeando al macizo de Las Maladetas.
El acceso no puede ser más sencillo. Prácticamente al final de la carretera A-139, tras el desvío de Llanos del Hospital, sale a mano izquierda una senda perfectamente señalizada.


Arranca con un breve repecho para luego abrirse a una zona casi sin desnivel muy cómoda de andar, entre pinar y prados y, lo que será una tónica general, con bastante presencia de agua en nuestro camino. 


Es fin de primavera y el deshielo avanza. Arroyos y regatos salen a nuestro encuentro una y otra vez.


En seguida nos encontraremos con el rio. Lo habíamos atravesado con el coche por la carretera y ya no lo habíamos visto más.




Echando la vista atrás podemos ver la cabecera del Valle del Esera, más allá del Hospital de Benasque. Incluso si nos fijamos bien, se observa la carretera a La Besurta, serpenteando entre los prados. Al fondo de todo, el cordal entre el puerto de La Picada y Coll de Toro, marca el límite con el Valle de Arán. 


Poco más adelante, llegamos a una zona llana por la que el río baja más pausado, la Plleta des Capellans. Al fondo podemos ver la Forca de Remuñe, bajo la que se encuentra el pequeño circo de cabecera.


En la plleta encontramos un puente de madera que aprovecharemos para cambiar de vertiente.


Cruzaremos el río y, tras pasar junto a un covacho, subiremos por la izquierda del promontorio que parece partir el valle en dos. La idea es subir a ver los ibones para después volver a bajar por el valle principal, haciendo este tramo como una ruta circular.



El ascenso, al igual que en otras partes del recorrido, se hace algo incómodo pues las piedras son grandes. De todas formas, el desnivel es pequeño y en seguida accedemos al primer ibón de Remuñe. Nos reciben las marmotas, hasta ahora ausentes.


Y tras un ibón, otro y otro. Es Primavera y estas laderas son de orientación Norte, por lo que se conservan bastantes neveros. Esto nos hace perder la senda y nos obliga a recorrer las barreras rocosas, frentes morrénicos bastante caóticos, que dificultan la marcha.


Pero merece la pena. El entorno es absolutamente alpino. Una preciosidad.


Seguimos hacia la cabecera del valle, pero descendiendo a la derecha, para reencontrarnos con el cauce. En esta vista se aprecia bien, que venimos de la zona más nevada y volveremos siguiendo el curso del río, que baja caudaloso.



Será precisamente este caudal, y la presencia cada vez mayor de nieve, lo que nos impida continuar hasta Els Arenals de Remuñe, pequeño circo que forma la verdadera cabecera del valle. Está cerca, cerca, pero...



Así pues tomamos el camino de regreso, ahora siguiendo el cauce principal, y a nuestra izquierda encontramos el ibonet de Remuñe, pequeñito y arrimado a la pared rocosa.


Y ya sólo queda seguir el descenso, cruzando los mil regatos que atraviesan nuestro camino.


Y hasta aquí la excursión de hoy. Aún con nieve, piedras y fotos, hemos completado el recorrido en unas cuatro horas y media. 
Ahora una cañita y a casa a comer. Un plan perfecto.


Os dejo el enlace a wikiloc donde podéis ver el mapa y el perfil de la excursión

















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