TUCA MULLERES
Hay tresmiles para todos los gustos, y la Tuca Mulleres es uno de los más asequibles, para casi todos los públicos, y que nos ofrece una gran vista del macizo de Las Maladetas.
Debemos partir desde La Besurta, a la que accederemos siguiendo la carretera A-139 hasta su final, desde donde tomaremos la pista hacia el Hospital de Benasque. En verano esta pista se cierra al tráfico y se puede llegar hasta un parking anterior al Hospital, y desde allí parte un autobús que sube y baja con una frecuencia de unos 35 minutos.
Una vez allí seguimos adelante por la senda, bien marcada y acondicionada, hasta el cruce del camino al refugio de La Renclusa. Nosotros seguiremos dirección Forau de Aiguallut.
A nuestra espalda el sol comienza a iluminar el pico Salbaguardia.
Y enfrente aparece el pico Aiguallut, que da nombre...
al Forau de Aiguallut,
a la cascada de Aiguallut
y al Plan de Aiguallut.
Por su derecha llega el valle de Barrancs. Nosotros seguiremos por la izquierda, hacia Coll de Toro.
El barranco baja muy encañonado, así que lo cruzaremos y subiremos por la derecha.
Una vez superado el resalte disfrutamos de la vista del Plan con los picos de la Mina y Salbaguardia al fondo.
Ya nos quiere alcanzar el sol.
Al fondo la Forcanada.
Y un poco más allá el desvío hacia Coll de Toro. Nosotros a lo nuestro, todo recto.
De nuevo el barranco se encajona y de nuevo lo superamos por la derecha. Aquí tendremos que echar mano a las piedras en alguna ocasión, pero son pequeñas trepadas sin mayor dificultad.
Y accedemos al valle de La Escaleta y sus primeros lagos.
Durante toda la excursión podemos observar la estructura en U del valle de origen glaciar.
Llegamos ya a la altura del Collado de los Araneses, que a nuestra izquierda comunica con el Valle de Arán.
La calma de viento transforma la superficie de los ibones en espejos perfectos.
Si bien la zona de Aiguallut es caliza, repleta de pequeños y grandes foraus de origen kárstico, ahora nos encontramos sobre una sólida masa granítica que, siendo de origen más antiguo, afloró hasta las alturas en la orogenia pirenaica.
Ibón Alto de la Escaleta.
El ascenso, aunque largo, hasta ahora ha sido de lo más llevadero, pero por aquí se hace un poquito más pesado.
Superados los ibones aún vamos encontrando surgencias y charcos.
Y ahí está, esperándonos pacientemente, la Tuca Mulleres.
Arriba, al final del valle, podemos asomarnos a la profunda verticalidad del valle de Ixalenques.
Y desde aquí, subimos a nuestra izquierda hacia el pico. ¡Menudo desorden, todo por ahí tirado!
¡¡Cima!!
Bueno, realmente este hito está unos metros a la izquierda del vértice geodésico, pero la diferencia en altitud debe ser alrededor de un palmo.
La vista hacia el Vall de Molieres es realmente espectacular. Allí al fondo está la boca sur del túnel de Viella.
Y no digamos hacia las Maladetas.
Desde Rusell a la izquierda hasta Maladeta y la cresta de los Portillones a la derecha. En el centro Aneto y a su izquierda Margalida, del que baja hacia nosotros la cresta de Ixalenques.
Como la escapada ha sido en solitario y con pocos entretenimientos me ha costado poco más de cuatro horas, pero en grupo y con más relajo (que es lo suyo), lo normal creo que debería ser entre cuatro y media y cinco horas.
Y no olvides: Camina seguro.
Y para finalizar, una apenada mirada al glaciar del Aneto, menguado y ya dividido en varias porciones.
Nos dice a gritos que algo hay que cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario